El respeto como valor empresarial

Respeto valor empresarial- branding industrial
28
Nov

EL RESPETO COMO VALOR EMPRESARIAL

Llega final de año, se cierran presupuestos, se consolidan los mensajes para el año que viene y se definen los valores por los que queremos que nos conozcan como empresa: innovación, transparencia, confiabilidad y unos cuantos más. En Branding ayudamos a las empresas a descubrir y comunicar estos mensajes en las estrategias de marketing. Pero siempre hay uno que echamos a faltar enormemente: RESPETO.

Si ya lo decía la gran Tina Turner : “We’ve got to show some Respect” o Aretha, o muchos otros que han titulado canciones con la palabra respeto como parte importante de la cultura popular. Muchos recordarán de sus padres la insistencia de la cultura del respeto, como filosofía vital para ser aceptado en sociedad. Porque si tú no respetas no puedes esperar que los demás lo hagan.

En la empresa el respeto tiene muchos ámbitos de actuación y afecta al funcionamiento intrínseco de la organización. Un CEO agresivo genera conductas agresivas en sus empleados. Un CEO respetuoso lo mismo.

Está demostrado científicamente que las organizaciones que no practican el respeto tienen una mayor falta de motivación de sus stakeholders y especialmente de sus trabajadores.  Según Queens School of Business y la Gallup Organization, los trabajadores desmotivados tienen un 37% más de absentismo, un 49% más de accidentes y un 60% más de errores y defectos. En organizaciones con baja participación de los empleados, la productividad es un 18% menor, la rentabilidad un 16% menor, el crecimiento laboral un 37% menor y el precio de las acciones acaba siendo un 65% menor con el tiempo. Además las empresas que practican el respeto tienen un 100% más de solicitudes de empleo.

Las tres áreas principales que más se ven afectadas por la falta de respeto son; los trabajadores o colaboradores, los proveedores y los clientes

  • RESPETO POR LOS COLABORADORES

La definición de respeto viene dada por dos palabras imprescindibles: consideración y reconocimiento, independientemente del resultado final. Que no nos guste lo que nos cuentan no da derecho a menospreciar ni al mensaje ni al mensajero.  ¿Cuántos de nosotros conocemos equipos de trabajo que no son capaces de transmitir la percepción real de los resultados – y sus causas – a la jerarquía organizativa por miedo? O ¿cuántos equipos hemos visto vencidos por la arrogancia y la falta de respeto? 

Debemos empezar a tratar a la gente como personas adultas y a respetarlos para que asuman las responsabilidades que cada puesto conlleva. Y si no lo hacen, quizás no hemos atinado ofreciéndoles el puesto.  Aunque algunas áreas funcionales son más proclives a sufrir la falta de respeto de la organización: como el marketing por ejemplo. Los profesionales del marketing B2B estarán de acuerdo conmigo en que todo el mundo opina sobre el tema, cada vez más digitalizado, del marketing y de la comunicación y que actualmente necesita un conocimiento profundo de herramientas para nutrir el pipeline y de capacidad de integración de todas las interacciones del cliente con nuestra empresa. 

Por desgracia para nosotros, todo el mundo cree saber cómo y qué se tiene que hacer en todo momento. Aunque pocos de estos responsables de marketing se atreverían a dar consejos a la ligera al financiero/a o a la persona de producción.

  • RESPETO POR LOS PROVEEDORES

¡Ay los proveedores!, cuántas vejaciones llegamos a aguantar. Desde gritos y malas formas hasta la creencia de que somos responsables del cambio climático y de la extinción de los dinosaurios. 

Bromas aparte, todos somos clientes y todos somos proveedores. Y el respeto del que hablamos debería dirigir nuestra cultura hacia una valoración objetiva de resultados. Actualmente la tendencia es a gestionar la relación con los proveedores mediante un SRM, al igual que lo hacemos con nuestros clientes. Una comunicación honesta y sincera es  la mejor receta para obtener un buen SRM. Escuchar las preocupaciones de los demás recíprocamente e involucrarse mutuamente en los procesos solo tiene beneficios positivos para el crecimiento. 

Eso no quiere decir que hay que reducir las exigencias. Más bien al contrario, objetivarlas para que ayuden a las dos partes a crecer. Es decir, perfectamente podemos justificar no trabajar con alguien por que no tenemos ninguna conexión, pero no les engañemos cuestionando sus resultados si solamente es una cuestión de feeling. Somos humanos y queremos trabajar con gente afín. Así que el respeto pasa por tratar a nuestros proveedores como nos gustaría que nos trataran, cosa que a menudo se olvida.

Y el respeto además implica consideración por el trabajo de los demás. Esto supone no hacer trabajar a la gente innecesariamente. El mantra de «quien paga manda» está un poco demodé e implica crear relaciones basadas en el poder y no en la colaboración. Analiza las necesidades previamente, pide consejo y  busca la solución que más se adapta a tus necesidades. No hay que pedir cuando no sabemos lo que queremos. Por que son muchas horas de trabajo que el proveedor, en muchas ocasiones, para contentar al cliente, realiza sin remuneración. Las horas de los proveedores tienen un coste, así que respeta el trabajo de los demás valorándolo en su justa medida.

Y finalmente, hay que aprender a decir: gracias, pero no me interesa. Cuántos persiguen al potencial cliente a la espera de una confirmación concreta después de propuestas que incluso llevan semanas de confeccionar y solo encuentran vacío y silencio. Un simple mail es, en ocasiones, suficiente para que la mayoría pueda cerrar el círculo para pasar al siguiente.

  • RESPETO POR LOS CLIENTES

Aquí muchos me dirán: pero si no respetas a los clientes los pierdes. No señor. El respeto además de tener mucho que ver con la educación tiene que ver con la honestidad. La capacidad de decirle a tu cliente que tú como experto sabes que algo no va a funcionar o que no lo puedes hacer, en lugar de hacer fracasar a todo el mundo. Por supuesto que eso te puede costar una relación en el corto plazo. Pero esto no es un sprint, es una maratón. La tendencia empresarial gira en torno a la capacidad actual de crear relaciones de partnership con tus clientes y, seamos sinceros, se merecen la verdad. Aunque eso nos cueste dinero. Tras esa actitud podremos construir la fiabilidad, el servicio al cliente, la innovación y todos aquellos valores que queremos sean parte de nuestra cultura. Si educamos a nuestros clientes en la honestidad y en la verdad todos saldremos ganando.

Por tanto tratemos bien a cliente, proveedores y colaboradores. Creemos empresas honestas que respetan el trabajo del otro, por el valor que tienen . Empresas que dicen la verdad y aconsejan honestamente en su expertise para interés de su cliente y que tratan a los proveedores como  les gustaría que los trataran a ellos.

Y eso solo se puede hacer si la dirección de estas empresas cree firmemente en el RESPETO como valor empresarial.  El resto de valores no sirven para nada si no instauramos la cultura del respeto porque siempre serán papel mojado. Nunca podrás reflejar respeto si internamente no lo practicas




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